📚🍃 José y Mburucuyá


LA HISTORIA DE JOSÉ
 José es uno  de los tantos chicos que vive en zona rural aunque  para la escuela que lo supo contener, no es un estudiante más, es una historia de vida institucional, parte de nuestras vidas. José hizo su ingreso a la institución siendo un chico tímido, de pocas palabras, con pocas expectativas de lo que le podíamos brindarle  como institución para desempeñarse en la vida,con una escasa base de primaria, se le brindó un acompañamiento personalizado.
 En primer año y con el dolor que implica, le tuvimos que decir que no estaba en condiciones de avanzar al siguiente año, que le vendría bien hacer un año más primero, él se resistía a aceptar esta decisión,manifestando:"Director, si tengo que repetir no voy a seguir más" Luego de varias charlas, logramos convencer la importancia  de la decisión y que él continúe estudiando.
  El tiempo transcurrió como volando, al comenzar el tercer año José estaba en la institución y  la satisfacción para nosotros era enorme, desde ese momento todo fue mágico.Comenzó a mejorar como estudiante y participó activo en nuestra comunidad, predispuesto para todo, siempre con voz tibia y mirada sincera.
  En víspera de una de las actividades  más esperadas por los chicos de la zona como son los “Encuentros de Escuelas Rurales”, José nos mostró y demostró dejándonos atónitos a todos,  su faceta de actor.
  Al siguiente año  José transitaba  su último año,  se iba recibir como estudiante destacado, lo cual nos producía una gran satisfacción. En su  recepción no lo pudo acompañar su madre, contó con el acompañamiento de una de sus hermanas y el apoyo incondicional de la institución, donde todos colaboraron en vestimentas y gastos. Así fue... una noche inolvidable para nuestro alumno, se quedó hasta el final de la fiesta, era como si no quisiera  desprenderse, le constaba dejar su familia postiza, seguramente nosotros como institución también lo íbamos a extrañar.
 Su madrina de confirmación y docente lo dejaría en su casa, cuando se bajó del vehículo desplegó una de las frases que más satisfacción produce a un docente: "Director, el año que viene quiero ayudar a la escuela, cuando me necesite avíseme" Dio media vuelta y sin  mirar atrás se dirigió a su vivienda, como teniendo miedo que si desviaba la mirada no quisiera  regresar, para él y para nosotros parecía un sueño.
Cinco meses después y con motivo de la pandemia, organizamos un recorrido para asistir con material de estudio y alimentos de primera necesidad para nuestros estudiantes, fuimos con Gerardo que es nuestro chofer, casa por casa entregando los mismos, recorriendo más de doscientos kilómetros por zona inhóspita, la gente nos esperaba contenta y muy ansiosa, muchos de ellos nos daban en forma de agradecimiento huevos de gallina, una moneda de intercambio en la zona. Cuando emprendíamos nuestro regreso, vino a mi mente la imagen de  José, el egresado que hacia changas para ayudar a su familia que con mucho sacrificio culminó la escuela, el que pase lo que pase le sonreía a la vida y estaba dispuesto a ayudar. Meses atrás me había enterado que estuvo trabajando por Corrientes que tenía una compañera, pero ahora las reglas habían cambiado, había que estar encerrado y la mejor forma de hacerlo es estando en su casa de la colonia Federal.
 Le dije a Gerardo:
- Vamos a pasar por lo de José que seguro está en su casa así le dejamos algo de mercadería.
Gerardo con gesto de tipo duro pero siempre dispuesto para todo, en forma inmediata me dice:
- ¿Dónde vive?
 Le indique pacientemente, estábamos cerca, estacionó la camioneta, tocó dos veces la bocina, parecía que no había nadie pero paulatinamente se fue abriendo  la puerta de la casa de donde salió un hombre con ropa de trabajo, pelo algo largo, barba y en su rostro tenia las marcas del sol del verano que visivilizaba que  había estado expuesto durante largas horas, su dentadura se apreciaba descuidada, pero había algo que no había cambiado, algo inconfundible que fue de alivio, la sonrisa tierna  y la mirada  noble...era él, era José. 
 Hacía solo cinco meses que no lo veía y parecía una vida que lo había llevado por encima, por un momento temí algún reclamo, como un…"usted dire, me dijo que la escuela iba cambiar mi vida" o algo así, pero no...no fue así, la alegría era inmensa de los tres que estábamos ahí, en ese momento se me ocurrieron decirle un montón de cosas pero ¿para qué? él ya lo sabía, nosotros también, estábamos para apoyarnos mutuamente.La educación pública que recibió no fue en vano, solo me quedó pendiente decirle, que él también nos enseñó una infinidad de cosas, entre ellas y la más importante fue,  aprender a abrir el corazón.

"Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión"

 Paulo Freire 📚

Momentos vividos por su director José Luis Martínez "COQUE"

Comentarios

  1. Hermosa historia, vinieron a mí mente varios José. La escuela pública en cada rincón del país.
    Felicitaciones Macarena por tu iniciativa.

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  2. Hermosa historia mi vecino Jose! Desde chiquito lo vi criarse aca en colonia Federal!

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  3. Que lindo que escribís Maca , me imagino todos estos momentos viviendo y aprendiendo junto a ellos en mi futura profesion. Admito que leer esto me hizo soltar alguna que otra lágrima. 💕💕

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    Respuestas
    1. Emoción es la mejor palabra que podemos emplear ante la vida de José! Gracias te llevo en el corazón ,💕

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